El síndrome del intestino irritable (SII) se define como una afectación de dolor o molestia abdominal asociado a alteraciones en el hábito intestinal (diarrea, estreñimiento o mixto), durante al menos 3 días por mes en los últimos 3 meses, esto lo comenta el IMSS en la guía “Diagnóstico y tratamiento del Intestino Irritable en el Adulto” (2015).
Es el trastorno funcional gastrointestinal más común, se presenta en todos los grupos de edad, pero frecuentemente entre los 30 a 50 años. Afecta tanto a hombres como a mujeres, no obstante, aproximadamente el 60-75% de los afectados son mujeres.
¿Tiene relación el estrés y el síndrome de intestino irritable?
El estrés, la ansiedad y la depresión, aunados al consumo de alimentos ricos en grasa, condimentos, irritantes y picantes, son factores que favorecen su desarrollo, así lo refiere la Secretaría de Salud (SSA) en la publicación “Estrés, ansiedad y depresión favorecen desarrollo de síndrome de intestino irritable” (2024).
¿Qué tratamiento es adecuado para el síndrome de intestino irritable?
La SSA menciona que existen tratamientos que contribuyen a disminuir los síntomas de manera significativa, así como una dieta equilibrada, exclusión de alimentos que favorecen el desarrollo o el agravamiento de síntomas como la distención abdominal o las flatulencias. Algunas características son:
Es indispensable acudir con un profesional de la salud
¿Pueden ayudar los probióticos en el síndrome de intestino irritable?
Un estudio llamado “Eficacia de Lactobacillus casei Shirota en pacientes con síndrome del intestino irritable” Thijssen AY (2016), encontró una disminución del malestar gastrointestinal y de la flatulencia en los que habían recibido el probiótico Lactobacillus casei Shirota dos veces al día durante 8 semanas.