Cuando abordamos el tema de la obesidad por lo regular pensamos en los alimentos que ingerimos y en las calorías que ellos nos aportan, pero, existen otros factores que impactan de manera directa sobre la forma en la que nos alimentamos. Uno de esos factores es el estrés, debido a que tiene la capacidad de influir sobre nuestros hábitos alimenticios e inclusive puede modificar de manera negativa la química de nuestro cuerpo.

¿Qué es el estrés?

Según el artículo “Estrés un problema de salud del mundo actual” de Jackeline Avila 2014, se describe como una reacción fisiológica de nuestro organismo frente a situaciones difíciles que con el tiempo afecta diferentes funciones de nuestro cuerpo y que se puede controlar con estilos de vida saludables.

¿Qué relación tiene con la obesidad?

Una de las implicaciones más fuerte del estrés con la obesidad es debido a que puede causar un grado de ansiedad muy alto y ésta puede llevar a cambios en la alimentación. Según nos comenta Soraya Santana Cárdenas en su artículo “Relación del estrés laboral con las conductas alimentarias y la obesidad: consideraciones teóricas y prácticas” de 2016, los trabajos que suelen tener niveles más altos de estrés también suelen tener un aumento en el peso de sus empleados, esto se puede relacionar con la ansiedad que causan las cargas de trabajo, la falta de desarrollo y la baja convivencia con la familia entre otros factores.

¿El estrés puede afectar la química de nuestro cuerpo?

El estrés tiene la capacidad de modificar la química de nuestro cuerpo ya que está relacionado con la producción de hormonas por parte de los centros nerviosos de nuestro cuerpo. Según nos comenta María Sol Leira Permuy en el “Manual de bases biológicas del comportamiento” de 2012, la producción de cortisol se ve mediada por los impulsos nerviosos de ansiedad y este a su vez ha sido implicado en cambios a nivel general en el metabolismo.

Ya sea por las condiciones que provocan el estrés y los cambios a nivel químico en nuestro cuerpo, ambas pueden promover cambios en el patrón de alimentación y en la capacidad de reacción normal de nuestro cuerpo. Como se mencionó anteriormente los ambientes de trabajo con condiciones que sobrepasan las capacidades de sus trabajadores tienden a mayores niveles de sobrepeso y obesidad, pero, también las personas que lo padecen tienen afectaciones metabólicas que retroalimentan esta condición. En estos casos lo más recomendable es asistir con los especialistas en salud para que nos ayuden a implementar un tratamiento adecuado que nos permita evitar cualquier complicación presente y a futuro.