Las grullas en Japón

05 de Marzo de 2024

En la cultura japonesa, la grulla es símbolo de buena fortuna, longevidad, lealtad, protección, armonía y felicidad. Según la leyenda, quien confeccione mil y las ate con un hilo verá cumplido su mayor deseo.

Las mil grullas de papel deben armarse a través de la técnica del origami, un tipo de papiroflexia que consiste en elaborar figuras de papel, sin cortar o pegar el material, simplemente doblándolo en pliegues.

Desde hace cientos de años, la gente tiene la costumbre de dejar un senbazuru (una grulla de origami), como ofrenda en los templos budistas y sintoístas.

Sin embargo, esta costumbre se hizo popular después de la Segunda Guerra Mundial, cuando Estados Unidos lanzó la bomba atómica sobre Hiroshima.

Una de sus víctimas fue Sadako Sasaki, una niña que tenía apenas dos años cuando cayó la bomba atómica y que a los nueve enfermó de leucemia por causa de la alta radiación a la que estuvo expuesta.

En el hospital, escuchó la leyenda que decía que, si una persona logra hacer mil grullas de papel en origami, conseguiría una larga vida o podría recuperarse de una grave enfermedad.

Con la esperanza de que la leyenda fuese cierta, Sadako empezó a hacer grullas con todos los papeles que estuviesen a su alcance. Su mayor deseo era sobrevivir y volcó la poca energía que le quedaba en confeccionar las grullas. Logró fabricar un total de 644 grullas.

Ella se convirtió en un símbolo de esperanza, por lo que se levantó un monumento de Sadako en el Parque de la Paz de Hiroshima, sosteniendo sobre su cabeza una gran grulla de origami. Cada año la gente deja miles de grullas de papel como un mensaje de paz y esperanza para el mundo.

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