Las grasas al igual que los hidratos de carbono y las proteínas, son un nutriente imprescindible en la dieta correcta de cualquier persona. Las grasas han sido discriminadas últimamente debido a que se han relacionado con diversos padecimientos cardiovasculares. En cierta medida las grasas tienen la capacidad de provocar estas enfermedades, pero, todo depende del tipo de grasa, la frecuencia de consumo y hasta el modo de preparación, por lo que elegirlas del modo correcto es lo importante.

¿Qué es el omega 6?

Es un tipo de ácido graso poliinsaturado encontrado muy comúnmente en aceites vegetales. Los ácidos grasos omega 6 se caracterizan por tener un doble enlace de carbono en la posición número 6, esto la diferencia de otras grasas tales como los aceites omega 3 y omega 9.

¿Cuáles son sus funciones?

Según nos comenta Hooper L. en su artículo “Ácidos grasos omega 6 para tratar las enfermedades cardiacas y circulatorias”, de 2018 los ácidos grasos omega 6 son indispensables y deben obtenerse de los alimentos. Son importantes para regular la producción de energía, para la salud ósea, de la piel y del cabello.

¿Cuáles son los beneficios de consumir omega 6?

De acuerdo con Hooper existe evidencia que una mayor ingesta de ácidos grasos omega 6 junto con una menor ingesta de ácidos grasos saturados de origen animal (como la que contiene la carne y algunos quesos) pueden ayudar a disminuir la enfermedad coronaria.

¿Es necesario medir el consumo de omega 6?

Jacqueline K. Innes nos comenta en su artículo “Ácidos omega 6 e inflamación” 2018, que hay una relación entre la inflamación celular y el consumo de estas grasas. También nos comenta Ana Gutiérrez Hervas en la publicación “Relación entre ácidos grasos omega 3/ omega 6 presentes en la dieta y enfermedad inflamatoria intestinal: Scoping review” 2020, que las personas que suelen tener un alto consumo de omega 6 con respecto al omega 3, suelen tener mayor probabilidad de padecer enfermedad intestinal inflamatoria.

¿Qué alimentos pueden modificar el balance de omegas?

Debido a que el omega 6 se encuentra en abundancia en aceites, será necesario comenzar a medir su consumo. Por lo regular los aceites suelen ser aceptados como una fuente de grasas saludables, pero, el problema ha venido a más cuando optamos por un estilo de alimentación occidentalizado el cual incluye una gran cantidad de alimentos fritos. Otra situación que empeora el balance de lipidos es el bajo consumo de omega 3, disparando la relación 15:1 cuando lo ideal debería ser 1:1 según nos comenta la Dra. Otmara Guirado Blanco en su artículo “Ácidos grasos omega 6 y omega 3 de la dieta y carcinogénesis mamaria: bases moleculares y celulares” 2015.

En conclusión, el omega 6 tiene sus funciones en nuestro cuerpo al igual que muchos otros componentes de la dieta, pero, consumirlo con moderación y acompañado de omega 3 puede hacer la diferencia entre la salud y la enfermedad.