José Manuel Ribera Casado en la publicación “Microbiota intestinal y envejecimiento: ¿un nuevo camino de intervención?” comenta que una persona que durante su vida permanece sana puede mantener estable su microbiota entre la tercera y séptima década de la vida, sin embargo, en edades más avanzadas la variabilidad en la composición y las pérdidas en la actividad de la microbiota se van acentuando. Por lo tanto, refiere que los probióticos pueden ser benéficos en la tercera edad al mejorar el balance intestinal.
¿Qué cambios experimenta la microbiota?
Lactobacillus casei Shirota (LcS) en personas mayores
Diversos estudios enmarcan el beneficio de consumir probióticos para este grupo de edad:
El profesor Yukitoshi Aoyagi y colaboradores en el estudio “Consumo habitual de productos lácteos fermentados que contienen la cepa Lactobacillus casei Shirota y menor riesgo de hipertensión en personas mayores” (2017) encontraron que el riesgo de desarrollar hipertensión es sustancialmente menor en personas mayores que consumen productos lácteos fermentados que contienen LcS al menos 3 veces por semana.
Otra investigación por parte de Aoyagi, “Efectos independientes e interactivos de la ingesta habitual de productos lácteos fermentados que contienen la cepa Lactobacillus casei Shirota y de la realización de actividad física diaria moderada sobre la salud intestinal de las personas mayores” (2019) descubrió que el riesgo a desarrollar deposiciones poco frecuentes esta inversamente asociado al consumo de productos lácteos fermentados que contienen LcS y una cantidad y calidad de actividad física habitual.
Una investigación a largo plazo (20 años) por Hideki Ishikawa llamada “El tratamiento a largo plazo con un preparado probiótico de Lactobacillus, cepa Lactobacillus casei Shirota, inhibe la pérdida de peso en los ancianos” (2020) demostró como el consumo de LcS podría ser factor para suprimir la pérdida de peso en ancianos.
Por último, en la publicación “Efectos inmunomoduladores de una bebida probiótica que contiene Lactobacillus casei Shirota en voluntarios mayores sanos” del investigador Dong Honglin y colaboradores (2013) descubrieron que el consumo de una bebida probiótica con LcS mejoró la actividad de células del sistema inmunitario en adultos mayores después del consumo de 4 semanas.