Tener y mantener un negocio propio no es algo sencillo. Los emprendedores tienen que enfrentarse a menudo con problemas que pueden poner en riesgo no solamente su estabilidad económica, sino también su tranquilidad mental y familiar.

Probablemente, uno de los factores más importantes que determinan la solidez de un negocio, es no alcanzar las metas establecidas de ganancia. Sin embargo, es en los tiempos difíciles donde la persistencia adquiere una importancia aún mayor. Es fundamental no darse por vencidos, recuerde que las cosas que valen la pena cuestan más trabajo que las demás.

¿Qué son las cosas que valen la pena? Pues, la estabilidad económica, la satisfacción de ayudar al gasto familiar, darse un gustito de vez en cuando, irse de vacaciones, pagar los estudios de los hijos, etc.

Todo eso desde el punto de vista económico, pero el hecho de contar con un negocio propio, le puede proporcionar una mayor dosis de bienestar personal al incrementar las relaciones sociales, hacer amigos y la oportunidad de ayudar a los demás, cosas que está demostrado por la ciencia contribuyen a que las personas sean más felices.

Cuando se trata de sopesar las ventajas de tener un negocio propio, por general éste resulta más productivo, quizás más difícil, pero sí más satisfactorio. 

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